miércoles, octubre 24, 2007

plasma


Hay días, en que uno se encuentra al otro lado de umbrales, en otro tiempo, infranqueables. Otro tiempo, otro lado, momentos limpios, espacios difíciles. Y uno ha cruzado casi sin darse cuenta, muy al azar. Sorprende incluso la fuerza que de repente aparece al percatarse de ello. No hay miedo, los sentidos cambian, cambian los ritmos... Sólo hay sentirse espacio infinito, sólo queda un lenguaje vacío. Sí, los contenidos se desbordan en frases torpes, las palabras resbalan y no nos son fieles. Incapacidad para explicarse. Los efectos son demasiado nuevos y complejos para el pensamiento lineal. No hay miedo. Abro bien los ojos y dejo a mi corazón que por fin me ayude. Se mueve con facilidad, en esta zona sólo se expande. Música en el corazón. Silencio en mi mente... Me descoloca la facilidad. Soy el cuarto estado de la materia, soy el plasma, se ioniza el alma, circulo libremente.

jueves, octubre 11, 2007


Cuando el paso se hacía apretado y como más convincente, me descubro distraída mirando hacia atrás, embelesada, reconociendo en lo más hondo lo vivido. Se me encoje el corazón de un soplo. Cuántos sueños juntos. Cuántos momentos rotos. Recuerdo perfectamente cuándo me alejé. Recuerdo perfectamente cómo me dolió. Se me empaña el corazón de un rojo. Pedazos, restos, vestigios de lo que no fue. Todo ahí dentro, bien guardado, apretando el paso y convenciendo... Pedacitos inconexos, ahí tirados, todos bien juntitos, asomando. Bueno, pues me detengo y los escudriño. Qué fuerza tienen. Cuánto son lo que soy! Primero lloro, luego me avergüenzo para llorar otra vez. Recuerdo perfectamente. También fui feliz... y tan real! Cómo no volverse estatua de sal al mirar atrás. El corazón, el corazón me pide un respiro. Me enseña el camino donde todo cabe.