lunes, junio 29, 2009

Expanding bookcase


Un tiempo simétrico que se expande invariablemente, sin saber qué es bueno ni malo. Existe y es en todas las direcciones posibles con sólo dos sentidos, bien hacia dentro bien hacia afuera. Regala vacíos que rellenar, estanterías donde colocar mis libros y todos los vuestros, y los regalados mientras vivíamos juntos al unísono y linealmente. Y sólo cuando regalados y escritos de veras, se expanden todos con el tiempo y conmigo misma, hacia dentro, hacia fuera, magistralmente enredados con el vivir consciente, una linealidad posible entre otras tantas, nunca vacía, nunca llena, siempre todo únicamente, sin saber qué es bueno ni malo. No dejarse llevar, creer en los trámites, en momentos adecuados, cuantas trampas más, cuanta burocracia más habrá que sortear hasta encontrar la simetría arítmica, el camino exacto que rellenar.

3 Comments:

At 12:02 p. m., Blogger hortelano said...

Precisamente. El camino que no es camino. El instante que no lo es, y a la vez si.

No hay forma de acentuar desde este lugar del archipielago. Pero no importa:

Desde aca te lo digo. Es todo correcto. Es todo claro.

Un borde no es borde. Y un momento tampoco. Todos ellos son un segundo, si.

Pero un segundo puede ser la eternidad.

 
At 2:20 a. m., Anonymous Anónimo said...

El escribir nunca fue lo mío, Dios lo sabe. La química tampoco fue mi baza fuerte. Como tampoco lo fue el fútbol, ni el ajedrez y muchas cosas más.
No somos perfectos, Dios lo sabe. De hecho, dudo sobre la existencia del mismo. Tengo un amigo que me dice que la existencia es azar, que no hay esquema, excepto el que imaginamos después de vivirla... Que no hay ningún significado, sólo el que elegimos e imponemos… me dice también que este mundo no está creado por fuerzas metafísicas…
Mi amigo está un poco loco, de hecho, ¿quién no lo está? Como bien sabes mi amigo encuentra cosas, y me ha dado esta para ti, creo que pensaba que te podría ser de utilidad: “El respeto es la posibilidad de aceptar tus defectos y tus virtudes sin poner en tela de juicio lo que ves en los demás, porque jamás obtendrás de otros lo que no eres capaz de darte tú mismo, ya que en la medida que lo logres serás capaz de otorgarlo a los demás...”.
Cuídate, respétate. Un barco sin un casco fuerte y bien cuidado, podrá navegar por aguas tranquilas, pero no podrá romper la placa de hielo para poder llegar dónde otros barcos también quieren llegar. Es un viaje duro, todos lo son, pero si de verdad quieres llegar al polo norte, antes traza una ruta, y planifica un buen plan, con objetivos claros. Todas las antiguas navegaciones te han aportado experiencia y visión, sólo debes aplicar lo aprendido. No es fácil. Pero con el primer paso se empieza un largo camino. Ya lo estás haciendo, ya estás andando, no te dejes llevar por la euforia o por la confianza, siempre hay que estar alerta, quizás bajaste la guardia en algún momento, no te lo reprocho, pero estaría bien que recapacites y le eches un vistazo al casco, y navegues segura. Como mínimo, hasta que te conozcas un poco más la profundidad de las aguas.

 
At 1:34 p. m., Anonymous Anónimo said...

Escribamos, hablemos o seamos vistos,
nunca aparentamos lo que somos
pues no puede transformarse en palabras o comportamiento.
Nuestra alma permanece infinitamente lejos de nosotros
por mucho que pongamos voluntad en nuestros pensamientos
para llenarla con la habilidad de mostrarse.
Nuestros corazones permanecen incomunicables.
En lo que nos mostramos, somos ignorados.
El abismo que existe entre dos almas no puede ser salvado
por ninguna habilidad del pensamiento o truco visible.
En nuestro mismo ser estamos separados
cuando querríamos expresarnos a nuestro pensamiento.
Por momentos somos sueños de nosotros mismos
y cada uno es sueño de los sueños ajenos.

 

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