jueves, junio 26, 2008

Edades


Y si hoy me tocase reflexionar sobre la edad, sobre cómo el tiempo me arrolla a cada milisegundo a cada nanopartícula mía, sobre lo implacable de su pasar, si hoy me tocase hablar de éso, porque ya he cumplido 35, diría que ya entiendo lo que hace, diría que es indeciblemente terco y tenaz, y diría, además, que me ha enseñado todo lo que sé. Me pregunto ahora si podré resolver mi Pereza viendo que con la Constancia se consigue todo. Si podré disolver mis dudas viendo la inmutabilidad del Tiempo, la mutabilidad del Mundo. Si ahora sólo toca permanecer y pertenecer, pues ésa es la edad que tengo y quiero. Permanezco en todo y a nada pertenezco, soy el Tiempo mismo y me entiendo virtuosa en la dimensión que ofrezco. Me gustan la frescura del momento y estos horizontes limpios y bien lejanos, para no olvidarme de donde estoy.

2 Comments:

At 1:40 p. m., Anonymous Anónimo said...

Espero que seas todo lo feliz que puedas dondequiera que estés.
Te sigo leyendo y se que lo mismo haces conmigo.
Muchas gracias por en su día, fijarte en alguien como yo .
Me has aportado un montón de cosas.

Me acuerdo de muchas cosas imposibles.

Por favor sigue escribiendo para saber de ti.

 
At 10:57 a. m., Blogger hortelano said...

Sigue siendo un placer encontrar sus letras revolcándose sobre lagunas límpidas, en horizontes lejanos (quisiera, de verdad, alguna vez, rasguñar algún horizonte cercano, pero lo sabes: tramposos que siempre están en el mismo sitio).

En fin. Soy uno más de los que siguen leyendo aunque no digan mucho. Y me sigue dando tantísimo, que no me alcanzan las palabras para constatarlo.

Siga usted, pues, con su trote hacia el horizonte. Es todo lo que nos queda en la vida.

 

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