Conociendo a un ángel

Poco a poco empiezo a reconocer cómo se mueven los ritmos, que los brillos y destellos no son simples alucinaciones frías de un cerebro enfermo.

Todos los miedos vectorizados, todas las obsesiones equilibradas, mis sueños increíblemente vivos... Escucho tímidamente y me lo empiezo a creer todo... Cómo cuesta darse cuenta, qué difícil desaprenderse.

Lo recuerdo todo bajo un prisma nuevo. Más, siempre más... Cómo me gustaba quererte y oirte decir cosas tan bellas. Si te hubiese conocido. Si no te hubiese conocido. Doy gracias al cielo y a esta distancia dulce en mi corazón por haberme topado contigo. Quizá te encuentre de nuevo... y te querré más. Conocerte y desconocerte a la vez, y abrazarte fuerte al vernos, como a un viejo amigo que se reencuentra al cabo del tiempo, después de todo, y sin que se hubiese ido jamás. Yo más.