jueves, agosto 24, 2006

El Señor del Tiempo

Qué bueno que el Señor del Tiempo me recogiese justo cuando pasaba despistada por el determinado momento en que coincidimos... Cuando le echo un vistazo a ese recuerdo en particular, que me parece un punto de inflexión de esas gráficas matemáticas de tiza, que no sabíamos muy bien dónde ni cuándo empezaban o acababan, en las que la particularidad de un valor se tornaba concreto y más real que el comienzo o el fin, ahí me asombro yo en la memoria, y me doy cuenta de que ese punto existió y existirá, porque el Señor del Tiempo así lo quiso.